Querido diario:
Ya han pasado tres horas y aquí
sigo, emparedada, encerrada en esta oscuridad, yo, que nací en el Mediterráneo,
como Serrat, y me gusta la luz y el sol y la brisa marina, y lucir mi modelito
Ibicenca, tan bonito y que me sienta tan bien.
¡Tengo una rabia! ¿Para esto me
compran? ¿Para esto me regalan? Para eso le hubiera comprado la otra, la mala,
¡será cerril la tía! pues que me done a un museo si me quiere conservar, por lo
menos ahí me verán los visitantes, pero no, ella va y me esconde... Ay, qué
sufrimiento, esto no se lo deseo yo ni a la flaca de los vestiditos, te lo juro.
Lo único bueno es que los
juguetes que están aquí como yo me están consolando y animando mucho, son muy
cariñosos y me han dicho que la niña se llama Eva y su hermanita pequeña,
Carmencita. También hay una hermana mayor, que tiene trece años y se llama Maribel.
Te hago el relato de los últimos
hechos: La Eva ha seguido llorando por un rato largo, y su hermanita a su lado,
solidaria a más no poder, a veces le acercaba algún juguete para distraerla,
pero la Eva los rechazaba diciendo que no con la cabeza y seguía hipando.
Después ha llegado la hermana mayor, Maribel. Es muy guapa, tiene una melena
lisa color castaño claro muy bonita, le llega casi hasta la cintura, y le ha
dicho a la Eva que se calle ya, que es muy cansina y muy llorona, y se ha
puesto a buscar algo por el cuarto, ignorando a sus hermanas. Pero luego se ha
quedado un momento mirándola y se ve que le ha dado pena, y le ha dicho que le
va a decir a papá, a ver si entre todos convencen a la mamá. Es que ella va de
dura y de mujer fatal, pero luego eso no le dura nada, quiere mucho a sus
hermanas.
Y ya, a la hora del almuerzo, ha
llegado el padre. Ha entrado muy alegre, tarareando Maruja Limón, Maruja Limón
y, al ver a la Eva llorando la ha cogido en brazos y se ha puesto a darle besos
y a decir que qué le pasa a su niña bonita, que por qué llora ella, y entonces
la Eva le ha contado y le ha dicho que por favor convenza a mamá, y ahí al papá
se le ha quitado toda la alegría, yo creo que hasta se le han aflojado las
piernas, porque ha puesto cara de agobio y ha soltado a la Eva, pero le ha
dicho que va a hacer lo que pueda porque él quiere que su niña esté contenta,
aunque se notaba que no se creía mucho lo que decía, la verdad. Qué hombre tan
simpático y cariñoso. Me cae bien.
Después todos se han ido a almorzar.
Yo pensé que la Eva se iba a poner en plan heroico y reivindicativo, declarándose
en huelga de hambre por mi causa y dejándose incluso flagelar a la manera de
los antiguos mártires cristianos si no le entregaban su muñeca, pero no, porque
había tortilla de patatas con salmorejo, que es su comida favorita y ha comido
sin chistar. La comprendo, tiene seis años, no se le puede pedir más.
De todas
formas la red de comunicación que tienen aquí montada los juguetes ha informado
que había bastante tensión y que el almuerzo fue mucho más silencioso y menos
alegre de lo habitual y que varias veces el padre y la Maribel han abogado por
mi causa y han dado muy buenos argumentos intentando convencer a la madre, por
el momento sin éxito.
En este momento están haciendo la
siesta y la vida se ha parado hasta la tarde.
Y yo… pues aquí, con el corazón
en un puño y sin saber qué va a ser de mí.
Doña Rogelia, que por las tardes se
va al portal de Belén a hacer crochet con la figurita de la Virgen María y las
pastorcillas me ha dicho que hoy van a rezar el rosario pidiendo especialmente
por mí y que tenga confianza que la Virgen tiene “mucha mano con el de arriba”.
Ojalá. Entre tú y yo, no sé cómo pueden ser amigas, vale que tienen la misma
mentalidad y, más o menos, la misma edad, como dos mil años cada una, y también
que ella es muy buena persona, muy cariñosa, pero es muy mal hablada, a cada
dos palabras se le escapa “leñe” y “coño” y otras que no repito porque yo soy
una muñeca fina y educada. Y también me ha contado que Fofó se va por la noche
con los pastores a tomarse un carajillo junto al fuego y cantan villancicos,
aunque estamos en junio, y todos se ríen mucho con sus historias, y que no me
preocupe si me tengo que quedar que aquí mal no lo voy a pasar. Todo muy
plácido y muy campestre. No, si en realidad aquí no se está mal, es como cuando
te vas de vacaciones al pueblo a descansar, pero eso, de vacaciones, no para
siempre. Además, que esto no es mi mundo, no es mi ambiente, yo soy una chica moderna,
de ciudad, y quiero lucirme y lucir mis modelitos, que hasta me han hecho un
catálogo y todo.
Ya por curiosidad y poniéndome en
lo peor he preguntado que cada cuanto los sacan del altillo. Se ha hecho un
silencio sepulcral y nadie quería hablar, me dio muy mala espina, hasta que
hubo un “¡ejem!” y un “bueno, los del Belén salen de diciembre a mediados de
enero, más o menos” y yo “¿y los demás?” “eeeeeh, pues cuando se cambia la ropa
de invierno a verano y de verano a invierno, dos veces al año, nos ponen en la
cama mientras la mamá saca unas cosas y guarda otras, un rato”. ¿Un rato? ¿Un
rato, dos veces al año? Te juro que me dio un soponcio, se me bajó la tensión,
me sentí desmayar.
-
Pero no puede ser –dije cuando pude
hablar- pero, pero, pero a esta mujer le gusta mucho guardarlo todo, ¿no?
-
¿Ves esos botes de colonia? –me dijo
Fofó muy serio mientras indicaba con la mirada tres cajitas envueltas en
plástico transparente, sin abrir, y con una foto cada una de ellas de una
japonesa vestida con kimono bajo un almendro en flor- Cuando eran novios el
esposo se fue a Francia, a la vendimia, y se los trajo de regalo cuando volvió,
hace más de quince años. Jamás los abrió. No sabe ni a qué huelen.
-
Y no son los únicos,– dijo un
pastorcillo – en el mueble bar hay una colonia de Avon con forma de lámpara que
le regaló su prima de Bilbao cuando fueron a verla en el viaje de novios, un
perfume que le regaló la suegra cuando se comprometieron…
-
Ni los más antiguos, –dijo otro- hay
testimonios que aseguran que entre las sábanas y toallas nunca estrenadas del
ajuar hay una colonia que le regalaron cuando hizo la primera comunión, incluso
habría algún perfume sin abrir heredado de su abuela.
-
Corre una leyenda entre los juguetes
–dijo Fofó con voz fantasmal- que dice que si un día las colonias y perfumes de
la casa que han sido guardados por años se abrieran todos a la vez, se produciría
una catástrofe ambiental mundial, una catástrofe que acabaría no solo con toda
la humanidad, sino con todo rastro de vida sobre las faz de la tierra.
Se me pusieron los pelos de punta.
Casi me da otro soponcio.
De verdad, esto no es lo que
había imaginado, esto es una película de terror, o de ciencia ficción, o las
dos juntas, yo que sé.
Vaya diíta que llevo, no gano
para disgustos. A ver si se despiertan ya de la siesta y la Eva sigue llorando,
que ahora está dormidita. Toda mi esperanza está en esta niñita y en su
capacidad de seguir luchando por mí. Bueno, y en el rosario de Doña Rogelia y
el portal de Belén en pleno, que algo también hará.
¡Aún mantengo la esperanza!
Es adorable esta pobre Nancy. Y la niña.
ResponderEliminarPero algún día estarán juntas para siempre. A las barricadas!!
Gracias, sí, van a estar juntas, no lo dudes.
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